Hace algunos años investigando sobre el FOLKLORE me sorprendí, ya que no sabía que significaba esa palabra que desde los 3 años de edad venia pronunciando por HERENCIA de mi maestro, es por ello que comencé a investigar, en aquel entonces conseguí un material interesante y bien resumido, los cuales desempolvé y retomé para fines de este BLOG.

Comenzando por lo que abarca el termino FOLKLORE, en general abarca un conjunto de tradiciones, creencias, costumbres y conocimientos populares de cultura transmitidos por vía oral, por observación o por imitación, el cual se observa y transmite de generación en generación con constantes cambios según la memoria, la necesidad inmediata o el propósito del transmisor. Incluye los cuentos, leyendas, mitos, dichos, supersticiones, canciones, danzas, fiestas, juegos, etc.

En 1846, el anticuario Willian John thoms, acuña este termino con el que se sustituye el de antigüedades populares, pero es desde 1818 prácticamente gracias a los cuentos de Perrault y los hermanos Grimm cuando se le da base al término durante los procesos del romanticismo, pero luego de la mitad del siglo XIX es que toma constitución de ciencia formando parte de la antropología cultural y social hoy en día.

Como todo término ha pasado por infinidades de manos (por así decirlo), y no es de extrañar que algunos piensen que esta ciencia carece de seriedad científica, ya que depende como digo al principio de mi escrito de lo que se transmite por vía oral, lo que trae como consecuencia que cada uno de los que intervienen en el proceso de investigación de algún tema de esta rama den su interpretación personal, tomando en cuenta, lo que ven, lo que saben y lo que han recopilado según su experiencia y su vivencia, así como la misma historia universal o de Venezuela (ciencias sociales) impartidas en los liceos y colegios, cada profesor le da su interpretación a los hechos y así lo transmite.

Al investigar folklore, me di cuenta que son muy pocos los cultores que sistematizan su tradición, lo que entendí ahora al ver las bases del positivismo y la materia antropología cultural en la universidad, no se preocupan por saber de dónde vienen sus conocimientos, simplemente lo aprenden en muchos casos de forma empírica y así mismo lo transmiten; es allí cuando entra la importancia del antropólogo y folklorólogo quienes deberían ser los que hagan el trabajo sistemático, para darle fuerza de ciencia como conocedores del método científico.

Actualmente considero que ya no es necesario decir que se transmite de GENERACION EN GENERACIÓN, porque no da tiempo, si, no da tiempo gracias a las tecnologías y redes sociales, herramientas que considero un arma de doble filo, primero porque así como ayudan a la difusión de las tradiciones, también se prestan para que se transmita cualquier cosa. Son muy pocos los folkloristas y folklorologos que se manifiestan para corregir los errores que se aparecen en estas redes, y así evitar la transculturización o aún peor la aculturización que se pudiera producir y que de hecho, se está presentando.

Este es mi análisis y resumen, el cuál desarrollé con el material prestado por el profesor Carlos Arcila y mis investigaciones sobre el tema, sobre este podemos durar meses hablando ya que no son dos días de acuñamiento de este término y menos de su estabilización como ciencia, además que en una cultura tan grande y rica como la nuestra es mucha la tela que aun hay por cortar, humildemente estoy dispuesto a usar mi tijera de conocimientos y herramientas de investigación para forjar así la armadura de acero que fortalecerá esta ciencia social.

 Espero sus comentarios.